Traductor

Guifredo el caballero


Guifredo el caballero:

Cancion Guifredo



Este es Guifredo y vive en la zona de Inglaterra llamada Stonehenge. Guifredo tiene cinco años y hoy no quiere ir al colegio ya que últimamente todos sus amigos se burlan y se ríen de él ya que le consideran un poco miedica y llorón.

Ellos consideran que Guifredo siempre está llorando por cualquier cosa que le ocurre, cuando no sabe una pregunta que la señorita le realiza se pone a llorar. Cuando se le olvida la merienda en casa o cuando algún otro niño le da un golpe sin querer, Guifredo se pone a llorar. Guifredo, Guifredo , Guifredo , no llores más que te encogerás, dicen una y otra vez sus amigos del colegio. Y Guifredo para variar iniciar su llanto sin parar.



La mamá de Guifredo intenta convencerlo y darle ánimos, intenta hacerle comprender que el llanto no sirve para nada, que tiene que ser fuerte y enfrentarse contento a las adversidades ya que es la única manera de lograr aprender. Pero Guifredo piensa que no tiene valor suficiente y que realmente es un niño miedica y prefiere resignarse antes que intentar vencer sus miedos.

Finalmente, recoge su pequeña mochila y se dirige al colegio muy a pesar suyo.

Durante el camino se va parando a descansar para llegar tarde al colegio.
.- Cuanto más tarde, menos tiempo estaré en el colegio y menos burlas tendré que escuchar de mis compañeros- pensaba para sí mismo Guifredo. ¡Si pudiera hacerme fuerte y ser tan valiente como alguno de esos caballeros de la mesa redonda de Arturo!!- dijo mirando las fotografías de su cuento del Caballero de la armadura de oro.

Y una de las pequeñas lagrimitas de Guifredo resbaló por su mejilla y cayó en la linda fotografía del caballero de la armadura de Oro. Y de repente como por arte de magia, el caballero del dibujo comenzó a estornudar.


-          Pero quien osa despertarme de buena mañana e inundarme con sus lloros- dijo el caballero.


-          Pero si se trata de un personajillo, dime ¿Cuál es tu nombre?- preguntó el caballero a Guifredo que comenzó a secarse sus pequeñas lagrimitas.

-          Me llamo Guifredo. ¿Y tú quién eres? ¿Y cómo es que puedes hablarme?- dijo sonrojándose Guifredo.

-          Soy el caballero Orlando. Y dime pequeñuelo. ¿A qué se debe tu llanto?- preguntó el caballero muy delicadamente a Guifredo.

-          Pues lloro porque es siempre lo que hago cuando no sé qué hacer- dijo Guifredo.

-          Extraña respuesta.- contestó asombrado el caballero. Pues yo hago muchas más cosas cuando no sé qué hacer. Por ejemplo, busco soluciones, me enfrento a dragones, defiendo a princesas, siempre encuentro miles de alternativas antes de ponerme a llorar- explicó detenidamente el caballero a Guifredo.

-          Claro. Porque tú eres valiente y eres un caballero de la mesa redonda. Pero yo soy un pequeño niño y me llaman Guifredo el cobardica.

-          Pues en tu mano está poner remedio a la situación- dijo el caballero.

-          ¡¡Ah sí!!! ¿Y cómo puedo remediarlo? ¿Cómo puedo hacer para poder conseguir un poquito de valor y coraje? ¿Es posible llegar a convertirme en todo un caballero igual que tú?- preguntó muy curioso Guifredo.

-          Pues claro, ya te he dicho que siempre hay alternativas para todo. Simplemente hay que saber buscarlas. Y buscando, buscando, se encuentran- dijo muy convencido el caballero de la armadura de Oro.

-          Pues dime. ¿Cómo tengo que hacerlo?- preguntó Guifredo.

-          Pues te explicaré lo que tendrás que hacer para poder encontrar tu valor y coraje y ser coronado caballero- dijo muy contento Orlando.

-          Todos los caballeros que formamos parte del consejo real de Arturo tuvimos que demostrar nuestra valía consiguiendo encontrar la copa de la verdad y la espada del valor.

-          Si logras encontrar la copa de la verdad querrá decir que tu corazón es lo suficientemente bondadoso para poder ser coronado caballero. Con la copa de la verdad en tu haber tendrás que salir en la búsqueda de la espada del valor, que te permitirá realizar tu bautismo como caballero y a partir de entonces entrarás a formar parte de nuestro consejo real- dijo muy convencido el caballero.

-          ¿Y dónde puedo hallar estos dos objetos?- preguntó curioso Guifredo.

-          Deberás recorrer la senda de los caballeros. Durante el trayecto deberás demostrar que eres digno de ser coronado caballero y a medida que lo recorras irás recibiendo mensajes de tus guías que te orientarán en las diferentes direcciones a seguir- dijo el caballero.

Y dicho esto el caballero de la armadura de Oro le hizo entrega de un pequeño amuleto en forma de serpiente enroscada como símbolo de la sabiduría que debería desarrollar para poder ser coronado caballero.

-          Este amuleto te ayudará a encontrar el camino correcto. Cuando necesites ayuda tendrás que solicitar a los guías del amuleto que te muestren la dirección a tomar- dijo el caballero haciéndole entrega a  Guifredo el amuleto.

-          ¡Muchas gracias caballero!! Prometo estar pronto de regreso con la copa de la verdad y la espada del valor para poder ser coronado caballero como tú y poder conseguir el valor que me falta- dijo Guifredo. Dejaré de ser Guifredo el cobardica para convertirme en…¡¡Guifredo el caballero!

Guifredo recogió el amuleto y se marchó en dirección a la senda de los caballeros.

-          Estoy convencido de que podré conseguir la copa de la verdad. Queridos guías mostradme el camino que tengo que recorrer para poder hallar la copa de la verdad de los caballeros.

Y enseguida del amuleto de serpiente salió despedido miles de haces de luz que indicaban el camino a recorrer.

Guifredo fue pausadamente recorriendo la senda y cada vez se adentraba más en la colina más temida de todo el Reino unido, la zona sagrada de Stonehenge.

-          Oh Dios mío, no puede ser, el amuleto me ha llevado directamente a la colina de Stonehenge. Cuenta la leyenda que esta es una zona sagrada donde se dice que miles de caballeros antiguos murieron en las batallas contra los malvados hierofantes intentando demostrar su valor para ser coronados caballeros. Muchos caballeros de diferentes lugares acudían para enfrentarse con los hierofantes y muchos de los que creían tener el valor y el coraje suficiente salieron corriendo antes de iniciar la lucha cuando vieron la magnitud del poder que los extraños animales fantásticos tenían.

-          Solo unos cuantos pudieron salir vencedores y muy pocos lograron penetrar en el interior del canal subterráneo que se encuentra debajo de los dólmenes.

-          Comenta la leyenda que este canal era utilizado por los antiguos reyes para poder esconderse en épocas de guerras y dicen que en él se encuentra enterrado el mapa del tesoro antiguo de los templarios. Según cuentan, entre los tesoros de los templarios se hallaba la copa del Trial, que otorgaba fuerza y valor a todo aquel que bebía del agua que continuamente surgía del interior de la copa.

-          ¿Quizás sea esta la copa de la verdad de la que me habló el caballero de la armadura de oro?- pensaba para sí mismo Guifredo.
Y con sus pensamientos siguió en rumbo de la colina y llegó hasta la zona de los dólmenes.


-          ¡Hola!! ¿Hay alguien ahí?- preguntó algo asustado Guifredo.

-          Vamos, vamos, Guifredo, ahora no te puedes poner a llorar…ya verás que todo sale bien…estamos en otra época, no creo que todavía existan hierofantes…creo que hace tiempo que se extinguieron- intentaba convencerse a si mismo Guifredo.

Y de repente, un viento comenzó a azotar por toda la colina y miles de hojas de árboles comenzaron a revolotear por la cabeza de Guifredo.

-          ¿Has sido tú quién ha llamado?- dijo una extraña voz que salía de uno de los dólmenes que se encontraban en la colina.

-          Si. Soy Guifredo y vengo en busca de la copa de la verdad que el caballero de la armadura dorada me dijo que debería encontrar para ser coronado caballero y poder conseguir  el valor que necesito para dejar de ser un llorón- dijo sinceramente Guifredo.

-          ¿Así que te envía el caballero de la armadura de Oro? Tengo buenos recuerdos de él. Un bondadoso caballero. ¿Y tú crees que tu corazón está limpio de maldad?- preguntó la extraña voz a Guifredo.

-          Pues creo que si- contestó cabizbajo Guifredo.

-          Pues tendrás que demostrármelo- dijo la voz

Y de repente de uno de los dólmenes que se encontraban en la colina, apareció una inmensa roca labrada con una inscripción y con una gran obertura en forma de boca de dragón.

“Para poder acceder a la copa de la verdad y por el camino subterráneo poder transitar, tendrás que demostrar que tu corazón limpio de maldad está, tu mano izquierda en mi obertura deberás depositar y bajo juramento tu corazón valorado será”

GUifredo leyó atentamente la inscripción del grabado en la roca y muy despacito metió su linda manita en el interior de la obertura.

El dolmen comenzó a emitir una música extraña y del interior de la boca de dragón comenzaron a saltar miles de sapos y serpientes que se abalanzaron sobre Guifredo.

Guifredo en aquel momento comenzó a notar que su corazón latía con fuerza y en un acto desesperado llamó sin cesar a sus guías y se acordó del amuleto que el caballero de la armadura de oro le había dado.

-          Por favor, amuleto de la suerte, ayúdame a vencer a las serpientes. Sé que mi corazón es bondadoso y por lo tanto no tengo nada que temer. Solo tengo que ser fuerte y recordar que Guifredo quiere ser coronado caballero- dijo Guifredo en voz alta intentando ser escuchado por los guías del amuleto.

Y de repente las serpientes y los sapos se convirtieron en miles y miles de flores de muchos colores y cientos de mariposas comenzaron a salir despedidas por la obertura de la roca.
Posteriormente el gran dolmen comenzó a moverse y dejó pasó a un túnel y con él a unas pequeñas escalinatas que se dirigían hacia el interior de la tierra.

-          Bien Guifredo . Tu corazón ha sido valorado por el oráculo de Stonehenge que ha evaluado positivamente tu corazón. Eres un ser bondadoso y  por consiguiente puedes acceder al túnel subterráneo para poder encontrar la copa de la verdad- dijo la voz del dolmen.

-          Muchas Gracias Oráculo. De eso si que no tenía ninguna duda.- exclamó muy contento Guifredo bajando por las escaleras.

Tras despedirse del oráculo Guifredo siguió su descenso por las escalinatas que llegaron hasta el túnel subterráneo.

-          ¡Pero qué maravilla!!- dijo muy contento Guifredo. Por este canal han pasado miles de reyes y caballeros templarios. En todas las paredes hay inscripciones y dibujos que recuerdan esa época. Cada vez estoy más cerca de conseguir la copa de la verdad.

Y a paso ligero Guifredo se fue adentrando cada vez más al interior de la tierra y leyó unos cuantos dibujos grabados en la pared.

-          ¡” El poder del hierofante podrás vencer si su magnífico acertijo logras resolver”

-          ¡Qué extraña inscripción! Parece ser que sí que es cierto que los antiguos caballeros debieron enfrentarse al hierofante para poder alcanzar el Trial- dijo Guifredo. Espero que ya no queden de esos por aquí.

 Y antes de que Guifredo pudiese acabar de hablar oyó un extraño gemido que provenía del interior de una sala repleta de extrañas figuras labradas en piedra.

-          ¿Quien osa despertarme de mi hibernación?- dijo en tono enfadado la voz que provenía de la sala de las figuras.

Guifredo muy sigilosamente fue adentrándose en el canal y de repente vio con gran asombro la figura de un enorme hierofante que se acercaba hacia donde él estaba.

-          ¡Oh no! – exclamó Guifredo. Pero si todavía existen  y justo tengo uno delante mío- dijo sollozando Guifredo.

-          Hace años que nadie viene a visitarme. Ya prácticamente  los chicos de hoy en día han perdido las ganas de ser coronados caballeros. A nadie le importa ya el valor y el coraje hacia una buena causa. Ahora están preocupados por otras cosas. Ya no les interesa demostrar su valía delante de los reyes ni formar parte de ninguna mesa redonda- dijo en tono resignado el hierofante.




-          Dime. ¿A qué has venido? ¿Y cómo es que el oráculo te ha dejado pasar?- dijo el hierofante.

-          Pues me han dejado pasar porque mi corazón a sido evaluado y he demostrado tener un corazón limpio y bondadoso- dijo Guifredo. Estoy aquí porque quiero que mis compañeros dejen de considerarme un llorón y un cobarde. Quiero conseguir el valor que me falta para poder enfrentarme a las situaciones y por esto quiero ser coronado caballero, conseguir la copa de la verdad y la espada del valor- dijo Guifredo ante la atenta mirada del hierofante.

-          Así que has venido en busca de la copa de la verdad. Será un orgullo para mí poder ofrecértela siempre y cuando seas capaz de adivinar mi acertijo. Si logras adivinar la respuesta, no tendré ningún problema en cedértela para que puedas ser coronado caballero pero si no la aciertas, te quedarás retenido para siempre en uno de mis calabozos, serás convertido en una figura de piedra y entrarás a formar parte de mi colección de caballeros oxidados- dijo riéndose el hierofante.

-          Esta es la adivinanza:

-          “Adivina, adivinanza,  solo por un motivo, lograrás solucionar este acertijo, solo cuando está presente se ilumina tu mente, cuando no se encuentra, nublada será tu respuesta por la falta consecuente de su presencia “¿Qué es? -dijo muy contento el hierofante ya que hacía tiempo que no había tenido el honor de poder planteársela a ningún caballero.

-           A ver Guifredo. ¿Cual es la respuesta?- pensaba para si mismo Guifredo.

Guifredo comenzó a darle vueltas a la cabeza pensando en cuál sería la posible respuesta.

-          Un motivo que haga encontrar la solución…si no está, nublado el pensamiento está….- seguía pensando Guifredo.

-          ¿Qué es? Pero  ¿qué puede ser? Venga Guifredo ten confianza, tienes que poder acertarlo, quiero ser coronado caballero, tienes que tener…¡¡¡ Ya está, ya lo tengo!!!

-          La respuesta es la FE- dijo muy convencido Guifredo.

-          Enhorabuena Guifredo. Me has dejado asombrado por la rapidez en que has encontrado la respuesta. Es cierto. La respuesta es la fe, ya que sin ella no eres capaz de buscar soluciones ni encontrar alternativas. Si te falta fe en que puedas hallar las respuestas nunca las encontrarás.- dijo el hierofante.

-          Has ganado la apuesta. Ahora te haré entrega de la copa de la verdad y con ella podrás marcharte en busca de la espada del valor. Te deseo toda la suerte del mundo y que vuelvas a visitarme cuando seas coronado caballero.

-          Aquí la tienes querido Guifredo- dijo el hierofante sosteniendo entre sus manos la gran copa de la verdad.

-          ¡Es preciosa!!! – dijo Guifredo.

Y de repente de la copa comenzó a brotar agua cristalina.

-          Ahora ya puedes beber de ella- dijo el hierofante.

Guifredo se acercó la copa a los labios y bebió del agua. Después se despidió del hierofante y muy contento con la copa en la mano se dirigió hacia la salida del túnel subterráneo.

Ahora solamente le faltaba encontrar la espada del valor. Siguió sin descanso por la senda de los caballeros guiado por los guías del amuleto que el caballero de la armadura de oro le había dado.

Los guías lo dirigieron hacia la zona del bosque de las brujas, donde contaba la leyenda que miles de brujas fueron quemadas por los antiguos reyes cuando descubrieron los poderes que éstas  podían llegar a tener.

-          ¡¡Madre mía!!- pensó para sí mismo Guifredo.   Creo que este bosque antiguo es donde se quemaron a muchas brujas en la época de los caballeros templarios. Cuenta la leyenda que todavía algún espíritu de alguna bruja anda por estos bosques y dicen que si encuentra algún caballero o algún rey rondando por estos caminos, los

atrapa entre sus garras  y lo convierte en escoba. Después los quema en una hoguera tal y como a ella le hicieron sus antepasados caballeros.-  dijo Guifredo muy atento a su alrededor.

-          Me parece que ya sé cuál es la siguiente prueba a la que voy a tener que hacer frente- dijo Guifredo. Pos suerte creo que nunca he temido a las brujas. Espero que no me convierta en escoba.

Y dicho esto, de lo alto del cielo, Guifredo vio a parecer a una gran bruja sentada en una enorme escoba que iba gritando una y otra vez mientras descendía hacia el suelo del bosque.

-          ¿Pero que ven mis ojos?- dijo la bruja. Pero si se trata de un lindo niño. ¿Qué has venido a buscar aquí? No serás por casualidad ningún caballero dispuesto  a hacer desaparecer a ninguna odiosa bruja ¿verdad? – dijo la bruja a Guifredo. No estarás buscando la famosa espada del valor. ¿verdad insignificante muchachito?- dijo la bruja.

-          Pues de momento, lo que se dice caballero….no soy. Pero espero serlo pronto. Necesito ser coronado para poder conseguir el valor que mi alma necesita para dejar de ser un llorón. Así podré volver al colegio y a mi casa sin temor a enfrentarme a las dificultades y buscar soluciones sin  ponerme a llorar- dijo Guifredo.

-          Así que eres un aprendiz de caballero llorón. Pues solo me faltaba eso- dijo la bruja. Pues no creo que puedas conseguir la espada por que la tengo yo- dijo la bruja.

-          ¡¡Ah si!!. ¿la tienes tú?- dijo Guifredo.¿ Podrías dejármela para poder ser coronado?. Si quieres después te la devuelvo – dijo muy convencido el niño.

-          Ni hablar. Es mía. Además no hago favores a caballeros que fueron los responsables de enviarme directamente al fuego de una hoguera.- dijo la bruja. Os odio por ello y por eso vengo a este bosque a vengarme de vosotros. No te la voy a ceder ni a ti, ni a ningún otro caballero. Ese es vuestro castigo por habernos hecho quemar.

-          Pero yo no fui. Yo no tengo la culpa de lo que hicieron los antiguos reyes y caballeros. Mi corazón es bondadoso y así lo he demostrado. Tengo conmigo la copa de la verdad- dijo Guifredo.

-          Así que también has ido a ver al hierofante. ¡Que buenos recuerdos!- dijo la bruja.

-          Por favor, dame la espada del valor, sin ella no podré ser coronado jamás- dijo Guifredo sollozando.

-          Bueno, me lo pensaré- dijo la bruja. Me has caído bien. Te la daré solo si la encuentras. ¿Y tú que me darás a cambio? No pretenderás que te la de así sin más.

-          Puedo ofrecerte…… ¡ya lo tengo! Puedo darte mi amuleto de serpiente. Es mágico ¿sabes? Si tienes dudas de cuál es tu camino a seguir. ellos te ayudaran a hallar la dirección correcta- dijo Guifredo.

-          A ver, déjamelo ver. ¡Pero si es el antiguo símbolo de las brujas! Es la serpiente enroscada. ¡Es precioso!!!- dijo la bruja muy contenta. Trato hecho pero debes averiguar dónde está la espada del valor y no te será fácil encontrarla.

-          ¿Puedes darme una pista? Soy muy bueno con las adivinanzas- dijo Guifredo.


-          Está bien. Ahí va.

-          Adivina, adivinanza…..” no es un sitio ni un lugar, donde camuflada está, por el castigo de los caballeros siempre estará bajo  custodia de las brujas la espada del valor por siempre jamás”

-          Bueno, ya tienes la pista. Ahora debes averiguar dónde se encuentra la espada del valor. Si la encuentras te podrás marchar – dijo la bruja.

-          Bueno, veamos. No es un sitio, es un castigo hacia los caballeros, bajo custodia de las brujas….¡¡camuflada!!!! ¡Ya lo tengo!!- dijo Guifredo. Es tu escoba.- dijo sonriendo Guifredo.

-          Pero que chico más listo- dijo la bruja. Eureka. Has dado con la respuesta.

Y dicho esto la gran escoba de la bruja se convirtió en una gran espada labrada y adornada con diamantes, oros y rubíes.

-          Aquí la tienes- dijo la bruja.

-          ¡¡Es preciosa!!! Muchas gracias querida bruja- dijo Guifredo acercándose a la bruja y dándole un beso en su mejilla.

-          Bueno. No ha sido nada. Ahh. Pero dime antes de irte ¿cuál es el camino hacia el túnel subterráneo del hierofante? – dijo sonrosándose la bruja. Me gustaría volver a verlo. Guardo tan buenos recuerdos de él.

-          Solo tienes que pedírselo a tus guías del amuleto. Ellos te darán la respuesta- dijo riéndose Guifredo.

Y dicho esto partió sin más demora en dirección a su hogar con la copa de la verdad y la espada del valor, dispuesto a ser coronado caballero.

En seguida llegó hasta el bosque donde días atrás se había encontrado al caballero de la armadura dorada.

-          Ya estoy de vuelta- dijo Guifredo.

-          Buenas muchacho. Has vuelto muy temprano. Veo que has cumplido tu cometido. Creo que has demostrado tener el valor y el coraje suficiente para ser coronado caballero. Ya formas parte de la mesa redonda de Arturo. Ahora te hago entrega de este diploma y junto con él de la medalla del valor de los caballeros templarios- dijo el caballero de la armadura de oro.

-          ¡Muchas gracias ¡. Ahora ya puedo volver a casa más contento que nunca. En cuanto les enseñe a mis amigos la medalla del valor y les demuestre todo lo que he aprendido durante mi recorrido, dejaran de llamarme Guifredo el llorón- dijo muy entusiasmado Guifredo.


Y dicho esto partió más contento que nunca en dirección a su casa y  a su colegio.

Todos los niños en cuanto lo vieron aparecer con su gran medalla de templario se quedaron muy sorprendidos.

-          Guifredo ¿quién te ha dado la medalla?- dijo uno de sus compañero.

-          ¿Donde la has comprado?- dijo otro de sus amigos.

-          No me la ha dado nadie ni la he comprado en ningún sitio. Me la he ganado por que he demostrado ser muy valiente enfrentándome yo solo al gran hierofante de Stonehenge  y a la bruja del bosque de las hogueras- dijo muy contento Guifredo.

-          ¿ Pero tú solo has hecho eso? Pero si hasta ayer eras un niño llorón y miedoso- dijo otro de sus compañeros.

-          Pero ahora he cambiado. Soy Guifredo el caballero- dijo muy contento Guifredo que recorría todo el patio del colegio enseñando la enorme medalla del valor que había conseguido como resultado de su coronación como caballero.

Y  a partir de ese momento, Guifredo fue considerado uno de los niños más valientes de todo el colegio y todas las niñas acudían a él cuando necesitaban que las defendieran de cualquier ataque de algún que otro niño maleducado que intentaba burlarse de alguna de ellas.

Y cuenta la leyenda que la bruja y el hierofante volvieron a encontrarse y que juntos idearon nuevos retos para los niños que se atreviesen a enfrentarse con ellos  para ser coronados caballeros. Y es que gracias a Guifredo el caballero y a su labor como guarda protector en el colegio posiblemente surja una nueva generación de caballeros templarios que vallan en busca de la verdad y que  tengan el valor suficiente como para poder enfrentarse a ella.






Y  Colorín, colorado…este cuento se ha acabado.


Mónica Zambrano. Los Vikicuentos multiculturales

No hay comentarios:

Publicar un comentario