Català
Cancion Duke
Erase una vez un precioso patito de color azulado llamado
Duke. Duke vivía en el jardín de las orquídeas en una linda casita en medio del
bosque junto con sus seis hermanos. Eran una familia bastante pobre y muchas
veces sus papás tenían que trabajar muy duro para poder alimentarlos.
Ese día el papa Pato le dijo a Duke.
_ Duke, necesito que vayas al mercado para intercambiar
estas semillitas con el señor Pavo. Él a cambio te dará semillas de otra
especie para que las podamos cultivar y poder disponer de alimento para esta
temporada. Sobretodo ve rápidamente, ya que el señor Pavo te estará esperando
solo hasta el mediodía, ya que después partirá hacia su hogar- dijo el papa
Duke entregándole al pequeño patito las semillas.
-De acuerdo Papá- dijo Duke. No te preocupes, enseguida
estaré de vuelta con las nuevas semillas- dijo Duke muy convencido.
Y dicho esto partió sin más demora en dirección al
mercado. Mientras caminaba iba observando las lindas mariposas que se
encontraba por el camino. Pronto llegó hasta el mercado y una vez allí se
dispuso a buscar al señor Pavo para entregarle las semillitas. Pero de repente
vio a lo lejos un pequeño puesto de maíz. Cuando llegó a él no pudo remediar la
tentación de preguntarle a la señora gallina que se encontraba allí el precio de ese exquisito maíz.
-
Bueno días señora gallina- preguntó Duke muy lentamente.
Me gustaría saber lo que cuesta esa bolsita de maíz- dijo Duke a la gallina.
-
Hola Patito- contestó la gallina.. ¿ qué es lo que tienes
para ofrecerme?- preguntó curiosa la gallinita.
-
Pues tengo estas cuantas semillas para cultivo. ¿ Sería posible que me diera esta bolsita de
maíz a cambio de ellas? – preguntó Duke.
-
A ver. Veamos esas semillas…
Duke entregó la bolsita de semillas a la señora gallina y
marchó en dirección a su casa saboreando los granos de maíz durante su regreso.
-
Oh no, ¿pero que he hecho? – comenzó a llorar el patito
Duke cuando se dio cuenta que ahora ya no disponía del paquetito de semillas
que su papa le había dado para cambiar con el señor pavo.
-
Me he comido el maíz y con él todas las posibilidades de
cultivo para esta temporada- seguía llorando Duke. No puedo regresar ahora a
casa. Toda mi familia está esperando que regrese con las semillas del señor
Pavo. Mi papa se enfadará mucho conmigo y mis hermanos y hermanas no tendrán
nada con lo que alimentarse por culpa mía. – lloraba amargamente Duke.
Y dicho esto el patito Duke partió sin rumbo fijo en
dirección al bosque, pensando en cómo podría explicarle lo sucedido a su padre
sin ganarse una buena bronca.
Mientras pensaba se adentró cada vez más en el bosque,
recogió una pequeña ramita de árbol que se encontraba escondida entre unos matorrales y zarpó
encima de ella por el rio que cruzaba el bosque. De repente una tormenta se
abalanzo sobre el pequeño Duke, que se vio sumergido bajo las aguas del rio.
Cuando despertó se hallaba en la orilla al lado de una pequeña ranita:
-
¿Que ha pasado?- preguntó Duke sin recordar donde se
encontraba.
-
Pues creo que has naufragado con esa pequeñita rama- dijo
la ranita. Mi nombre es Dorotea. ¿ Cómo te llamas?
-
¿ Y por qué? – preguntó Dorotea.
-
Pues verás, mi papa me mandó hacer un recado al mercado .
Me pidió que vendiera un paquetito de semillas a cambio de otros para cultivar
en nuestro pequeño campo, pero yo las cambié por unos granos de maíz y me los comí durante el camino- dijo
tristemente Duke. Ahora no me atrevo a volver a casa. No puedo regresar sin las semillas, mis papas y
mis hermanos esperan que yo llegue con ellas. Y yo ya no las tengo. Me comí sin
darme cuenta, todas las posibilidades de alimento que teníamos para esta
temporada- seguía llorando muy triste Duke.
-
Bueno. Pues regresa y explícaselo a tu padre. Quizás
juntos podréis encontrar una solución. Hablando se arreglan las cosas- le
aconsejó la pequeña ranita.
Y dicho esto partió
en busca del camino de regreso a casa. Duke caminó y caminó por diferentes
pasajes y caminos. Y de repente se dio cuenta que se había perdido. Ya no podía
encontrar el camino de regreso a casa.
-
¡¡No puede ser!!- decía Duke. No encuentro el camino de
regreso a casa. Ahora no podré ver ni estar nunca más con mi querida familia-
lloraba Duke.
Así que sin saber qué
dirección ni camino tomar, Duke se sentó al lado de un pequeño riachuelo dónde
pasó la noche acurrucado bajo unos matorrales.
Hacía mucho frio y viento y Duke cada vez sentía como sus
lindos piececitos comenzaban a congelarse. Si permanecía mucho tiempo en medio
del bosque en esas condiciones no podría sobrevivir durante mucho tiempo.
En aquel momento Duke pensó que ahora si que nunca más
podría regresar a casa y se dirigió hacia el rio donde se miró en su propio
reflejo.
-
Pero Duke ¿Que has hecho?- se preguntaba a si mismo. No
es posible que te encuentres en esta situación – lloraba amargamente.
-
Hola Duke- dijo la hermosa hada. Sé porqué estas
llorando- le dijo muy cariñosamente el hada al patito.
-
NO quería regresar a casa por miedo a enfrentarme con mi
padre, pero ahora ya no puedo volver porque estoy perdido en el bosque- dijo
Duke a la hermosa hada.
-Se que eres un
buen patito Duke. Creo que tomaste una decisión equivocada pero todavía puedes
remediarlo. Mira, te entrego esta pequeña brújula. Ella te guiará por el camino
correcto una vez que halles el motivo por el cual te encuentras ahora perdido
en el bosque- dijo el hada haciendo entrega a Duke de una pequeña brújula.
Y dicho esto el hada desapareció sin dejar rastro dejando
en su lugar la pequeña brújula. Duke se acercó sigilosamente a ella y pidió con
fuerzas que lo guiara de regreso a casa.
La brújula parecía no moverse . Duke pidió y pidió que le
guiara por el camino correcto y en seguida la brújula comenzó a emitir sonidos
y sus agujas comenzaron a girar una y otra vez, marcando la dirección a seguir.
-
Por fin …dijo Duke. Ahora si que podré regresar a casa-
dijo muy entusiasmado el pequeño patito.
Y enseguida comenzó a dejarse guiar por la brújula.
Caminó durante varias horas y de repente, sin saber cómo, se sintió elevado
como si fuera tirado por una gran fuerza que le lanzó por los aires.
Duke se dio cuenta que había caído en una especie de gran
red. A lo lejos vio aparecer un brujo que con su grande escoba que se dirigía
hacia él.
-
Bueno. Ya he cazado a otro- se reía el malvado brujo.
Este es un lindo ejemplar de Pato. Vámos a casa Leo- dijo el brujo dirigiéndose
a su camaleón.
-
¡¡Oh no!!- pensaba Duke. He caído en las manos de un
hechicero . Ahora si que ya no podré regresar a casa-decía apenado Duke.
Una vez que llegaron a la guarida, el hechicero liberó de
la red a Duke y lo metió en una caja de cartón junto con otros dos patitos.
-
Hola- dijo Duke a los otros patitos que se hallaban junto
con él en la cajita de cartón. ¿ Como os llamáis? .
-
Hola. Soy Tulipa y este es Silo- dijo la linda patita.
-
Hola. Yo me llamo Duke. ¿ sabéis para qué nos tiene
retenidos en esta caja el malvado brujo?-preguntó lentamente Duke.
-
¡¡OH no!! – gritó desesperadamente Duke. Esto me pasa por
haberme escapado de casa. Yo esperaba que con la brújula de la hada del bosque
pudiera encontrar el camino de regreso a casa pero parece ser que no ha
funcionado correctamente y ahora me encuentro no solo perdido en el bosque sino
a punto de ser utilizado para un conjuro- dijo llorando Duke. Pero no podemos
quedarnos con los brazos cruzados. Tenemos que intentar escapar de aquí.
-
Pero es muy difícil poder despistar al brujo-. dijo Silo.
Además no podremos salir de esta caja . Es muy alta y no alcanzamos el
borde.
-
Se me ocurre una idea. Si nos colocamos en fila
verticalmente uno sobre otro , quizás podamos alcanzar el borde de la caja y
poder salir al exterior- dijo Duke.
Y dicho esto los
tres amigos esperaron el momento oportuno para colocarse en fila. Primero se
puso Silo porque era más fuerte y podía soportar el peso, después subió
lentamente Tulipa ya que era la más alta de los tres y finalmente ascendió Duke
ya que era el más pequeñito de todos.
Cuando Duke subió
al final de la torre pudo comprobar que era lo suficientemente alta como para
poder alcanzar el borde de la caja y con un gran respingo saltó al exterior.
En seguida Duke
estuvo fuera de la caja. En ese momento salió disparado en dirección de la puerta
para huir corriendo y ponerse a salvo, pero de repente se dio cuenta que no
podía marcharse dejando a sus compañeros retenidos en la caja en manos del
hechicero. Tenía que armarse de valor y liberarlos como fuera.
Así que escondido
tras la escoba del hechicero intentó labrar un plan para poder liberar a sus
amigos.
Se dio cuenta que
si realizaba un agujero en la cajita de cartón, sus amigos podrían pasar a
través de él y así poder liberarse de su encierro. Pero tenía que encontrar la
manera de poder realizarlo.
Duke estuvo largo
tiempo pensando como lo podría realizar y de repente halló la solución. Si
lograba humedecer con agua las paredes de la caja, al ser de cartón, estas
cederían y seguramente podrían escarbar para crear en ellas el agujero por el
cual sus amigos podrían salir al exterior.
Buscó por los
alrededores algún líquido con el que poder mojar la cajita de cartón y a lo
lejos en algunas estanterías pudo comprobar una gran cantidad de frascos y
recipientes que el hechicero tenía que parecían tener algún líquido en su
interior.
Así que muy
despacito se dirigió hacia la zona de las estanterías. Pensó en cómo podría
alcanzarlas ya que se encontraban a larga distancia del suelo. De repente se
dio cuenta que si trepaba por una de las cortinas que adornaba una de las
ventanas, podría coger uno de los frasquitos y utilizarlo para mojar las
pareces de la cajita de cartón.
Duke inspeccionó
toda la guarida del hechicero y pudo comprobar que al lado de la gran cacerola
que el hechicero utilizaba para sus pócimas se encontraba un pequeño gancho metálico.
Con él podría ir enganchándose a la cortina sin caer y de esta manera trepando
por ella podría alcanzar las estanterías.
Duke poco a poco dio alcance al gancho y con él se
dirigió a las cortinas. Muy despacito fue ascendiendo por ella hasta alcanzar
la zona de la estantería. Una vez que se encontró encima de ella vio que había
multitud de frascos todos dispuestos uno al lado de otro.
-
Cualquiera de ellos me irá bien – pensó Duke.
Y Duke cogió uno en forma de flor ya que le llamó mucho
la atención. Con él en la mano se dispuso a descender por las cortinas. Una vez
que llegó al suelo , muy lentamente , fue en dirección de la cajita de cartón
dónde se hallaban retenidos sus amigos.
Una vez allí se dispuso a verter el contenido del
frasquito en una de las paredes de la caja de cartón. Pero de repente sintió un
escalofrío por todo su cuerpo ya que dio cuenta que el feo camaleón del
hechicero estaba a su lado dispuesto a devorarlo.
-
Pero que tenemos aquí.- dijo Leo el camaleón. Pero si
estos insignificantes patitos pretenden escapar de nuestras garras- ¿Pero qué
os habíais pensado ¿Pensabais escaparos tranquilamente sin ser vistos? ¿ Pero
no sabéis quién soy?-dijo el camaleón todo orgullo. Tengo vista de lince- dijo
riéndose a carcajada limpia ante la mirada aterrada de Duke.
Duke sin saber cómo
reaccionar, de repente solo se le ocurrió lanzarle el frasco de cristal al
camaleón.
A continuación una
gran humareda comenzó a salir despedida al entrar en contacto la pócima con el
camaleón. Duke aprovechó el momento de desconcierto para utilizar el gancho
metálico y con él poder realizar una obertura en la pared de cartón de la
cajita donde se encontraban Tulipa y Silo. Con las paredes de la caja mojadas
por la pócima le fue fácil poder realizar el agujero por donde poder liberar a
sus amigos.
-
¡¡¡Silo, Tulipa!! Gracias a dios que estáis bien. Tenemos
que huir rápido antes de que la humareda se ventile y el camaleón pueda vernos
y atacarnos de nuevo- dijo Duke a los patitos.
Y dicho esto los
tres amigos salieron disparados en dirección a la salida de la guarida. Cuando
Leo el camaleón se dio cuenta de lo que había pasado ya era demasiado tarde y
los pequeños patitos ya se encontraban lejos de su alcance.
Cuando el camaleón
se dispuso a perseguirlos se dio cuenta de que algo extraño le pasaba, ya que a
cada paso que daba, sentía una ligera descarga y de repente todo su cuerpo
cambiaba de color. Y es que debido al
efecto de la pócima del hechicero que Duke le había lanzado, su piel cambiaba de aspecto a cada momento ,
dependiendo del color del objeto que se encontraba a cada paso que daba. Y es
por esta razón que actualmente todos los camaleones cambian de color, porque
aunque tengan vista de lince y se crean muy poderosos por esta razón, ahora
ellos pasan desapercibidos por el poder del camuflarse que la pócima les
otorgó.
-
¡¡oHH! ¡ La brújula!!! – dijo el pequeño Duke. La había
olvidado . Pero no me atrevo a utilizarla, la última vez que la usé me llevó
directamente a la guarida del hechicero- dijo Duke…
Y antes de
finalizar la frase Duke recordó las palabras de la hermosa hada, ella le dijo
que solamente volvería a casa y encontraría su camino cuando lograra hallar el
motivo por el cual se encontraba perdido en el bosque. Y él creía haberlo encontrado.
Se dio cuenta de que el motivo por el cual abandonó su hogar fue por haberse
equivocado en la decisión a tomar y no tener el suficiente valor como para
enfrentarse a las consecuencias de sus actos. Ahora gracias al hechicero, al
camaleón Leo y a sus amigos había podido rectificar su conducta, ya que
pudiendo haberse escapado de la garras del hechicero cuando tuvo el momento de
huir, prefirió quedarse y liberar a sus amigos teniendo el valor suficiente
para incluso enfrentarse al malvado Leo.
Se sentía muy orgulloso y dichoso por lo bien que había actuado y quería volver
a casa para explicarle a su padre que se había equivocado al cambiar las
semillas por los granos de maíz pero que estaba dispuesto a trabajar duro para
poder rectificar el error cometido. Nunca más huiría por ningún motivo, ya que
ahora se había dado cuenta de que si
huyes de tus equivocaciones solo hallarás más complicaciones.
Y dicho esto el
pequeño Duke sacó de su bolsita la brújula que de repente comenzó a
girar y a girar mostrando una determinada dirección.
-
¡Mirad!- dijo Tulipa. De repente han aparecido en el suelo
un conjunto de semillas de cultivo que marcan un camino- dijo muy sorprendida.
-
¡ Es cierto!. Creo que si las seguimos nos llevaran de
camino a casa- dijo exaltado Silo.
-
¡SIII!!.Y haremos algo mejor- dijo Duke. A medida que lo
vayamos recorriendo las iremos recogiendo y poniendo en esta bolsita- dijo muy
contento Duke. Ahora ya no volveré a casa con las manos vacías. Tenemos muchas
semillas para cultivar esta temporada. Ya no nos faltará alimento para todo el
año- dijo muy contento el patito.
Y de esta manera los tres amigos fueron recorriendo el
camino de vuelta a casa, recogiendo las semillas que marcaban el camino. Duke a
cada paso y a cada semilla que recogía del camino daba las gracias a la hermosa
hada del bosque por haberle permitido encontrar el regreso a casa.
Tulipa y Silo se despidieron de Duke cuando hubieron
llegado cada uno a su hogar ,deseosos de volver a encontrarse con sus familias
y disfrutar todos juntos de su cosecha.
Duke por fin llegó a su casa. Y muy contento se dirigió
hacia la cocina donde se encontraban todos sus hermanos y hermanas muy tristes
y apenados por su desaparición.
-
Papá, mamá. ¡¡He vuelto!!! – exclamaba el pequeño Duke.
Ya estoy de nuevo en casa y os traigo conmigo un regalo¡¡ Mirad todos las
semillas de cultivo que os he traído!!! Tendremos una buena cosecha este año.
Todos sus hermanos y hermanas se abalanzaron sobre Duke
deseosos de besarlo y abrazarlo fuertemente ya que pensaban que no lo volverían
a ver nunca más.
-
Nuestro mayor regalo ha sido que hayas vuelto a casa –
dijo el papá de Duke. Ninguna cosecha ni ninguna semilla vale más que el hecho
de poder estar todos juntos en casa nuevamente- dijo la mamá de Duke.
Y colorín, colorado….este cuento se ha acabado.
Monica Zambrano.Los wikiceuntos multiculturales.
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