El cuento de Hadas

El cuento de hadas:

Erase una vez, un bonito cuento de hadas que vivía en el hogar de una pequeña niña llamada Soledad. El cuento de Hadas vivía en una de las estanterías de la pequeña, situado entre otros muchos cuentos que la niña tenía y como todos los cuentos de hadas narraba la historia de dos bellos príncipes que enamorados esperaban que llegara el momento final de unir sus vidas en la última pagina del cuento .

El príncipe German y la princesa Felia esperaban emocionados ver aparecer a la pequeña Soledad en el interior de su habitación ya que sabían que en cuanto la pequeña entrara en su interior se dispondría a abrir la paginas del cuento al cual pertenencian y pagina por pagina y letra por letra que la niña leía acabarían llegando a la ultima pagina donde poder unir para siempre sus corazones.

Pero poco a poco la pequeña Soledad fue enamorándose del príncipe Germán ya que deseaba poder convertirse en una hermosa princesa de cuentos de hadas y comenzó a sentir envidia por la princesa Felia. Soledad fue sintiendo en su interior que no deseaba leer el final del cuento ya que en él podía contemplar la felicidad de German  junto con su bella princesa  y  un día decidió separarlos para siempre arrancando la ultima pagina del cuento donde se encontraba German al lado de su bella princesa.

Soledad arranco la  mitad de la  ultima hoja donde se encontraba German y la coloco colgada en un corcho que tenía en la pared de su dormitorio para poder contemplarlo cada día separado de  su bella Princesa.

-          Aquí podre contemplarte sin tener que compartirte con esta princesa. Ahora seré yo tu princesa- dijo Soledad mientras que arrancaba de la ultima pagina el libro a German.

-          Oh no- exclamo German…..querida Felia…..- dijo Germán viendo como la pequeña lo situaba en el interior de su corcho y lanzaba el cuento a la papelera de su habitación

-          Ahora ya no me sirves viejo cuento de hadas- dijo Soledad mientras que la princesa Felia permanecía en el interior de la ultima pagina del cuento que ahora se encontraban fragmentada por la mitad.

Y en cuanto Germán fue enganchado al corcho con una de las chinchetas que Soledad tenia comenzó a hacer intentos por separarse de ella , intento  ir desenganchándose poco a poco de ella antes de que la mama de Soledad entrara a la habitación con la intención de lanzar el cuento a la basura. 

Uno de los días en que la mama de Soledad estaba realizando la limpieza del hogar se introdujo al interior de la habitación de Soledad y recogió de la basura el bonito cuento para llevarlo hacia el contenedor de basura, pero antes de que la madre de Soledad vaciara la papelera Germán pudo desatar la chincheta que lo mantenía preso y salió despedido alcanzando la papelera antes de que la mama depositara el cuento y a su querida princesa en el contenedor de basura.

Ahora Germán estaba rodeado de basura pero cada vez se encontraba más cerca de su amada. Intentó moverse entre la basura que se encontraba en el contenedor pero cuando ya que encontraba próximo a su querida princesa un basurero de la ciudad recogió el contenedor con la intención de trasladarlo hacia la trituradora de las basuras.

En cuanto el basurero libero toda la basura que se encontraba allí con la intención de eliminarla completamente uno de sus compañeros de acercó y vio el bonito cuento que permanecía entre todos aquellos desperdicios.

-          Mira Abel ….es un bonito cuento infantil..y  se haya en perfecto estado- dijo mientras que recogía el libro de la basura

-          Creo que a mi pequeña Elena le encantaría disponer de él. Su cubierta es hermosa, veamos si su interior no se encuentra deteriorado- dijo Alvaro pasando cada página del cuento.

-          Oh …que pena…la pagina final del cuento se haya rota….no puedo regalarle un libro estropeado a mi pequeña Elena- dijo mientras que la pagina donde se encontraba German luchaba por salir entre las diferentes basuras intentando acercarse hasta su princesa antes de que Alvaro decidiera lanzar el bonito cuento al interior de la trituradora.

-          Oh no….espera- dijo German que preso del amor que sentía por su princesa comenzó a despegarse de la basura y sobrevoló cada rincón de allí con la intención de que el basurero lo viera.

En cuanto Germán pudo liberarse de la basura comenzó a volar en direcciona la basurero Alvaro hasta que se depositó tapando su rostro evitando que este pudiera lanzar el cuento de hadas donde se encontraba su princesa a la trituradora.

-          Pero…¿ qué es esto?- dijo  Alvaro retirándose la hoja del cuento donde se hallaba Germán.

-          Pero…si se trata de la hoja final del cuento de hadas- dijo mientras que buscaba afanosamente el final del libro .

-          Si es la otra mitad de la página- dijo mientras que intentaba en vano situarla en su lugar.

-Está demasiado deteriorada….no podre unirlas de nuevo- dijo Alvaro dándose por vencido

 Pero antes de que pudiera finalizar sus palabras el amor que Germán sentía hacia su princesa comenzó a provocar que la  fibra de papel que tan duramente había sido arrancando por Soledad comenzara a ajustarse a la parte fragmentada donde Germán se encontraba haciendo que las dos mitades  volvieran de  nuevo a estar unidas.

-          German…- dijo la princesa viendo como nuevamente su príncipe estaba a su lado acercándose tiernamente hacia ella para darle un abrazo




-          Has regresado- dijo la princesa mientras que German y Felia terminaban de unir sus mitades de papel en una sola ante la mirada atenta de Alvaro que comprobó asombrado como la ultima pagina del cuento volvía a estar intacta.

-          Pero…- dijo en una exclamación Alvaro viendo como el cuento volvía a estar completo.

-          Creo que ahora el cuento se haya completo- dijo mientras que guardaba el cuento en el interior de su mochila con la intención de entregárselo como regalo a su pequeña.

Y de esta manera el cuento de hadas volvió a estar completo ya que el amor que German sentía por su princesa hizo que las dos mitades fragmentadas volvieran a de nuevo a estar unidas

 



Y colorín, colorado…este cuento se ha acabado

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Monica Zambrano